El proyecto en sí es político: cualquier variación de la transacción hará ajustes a los problemas de energía con respecto a Europa, Estados Unidos y Asia. El deterioro macroeconómico global en Francia hace que el acuerdo sea extremadamente rentable, pero todo se basa en la elección de los socios. Los estadounidenses tienen un enfoque integral claro para comprar con la cantidad correcta de dinero, pero el dueto alemán-japonés le permite minimizar el impacto en la decisión de París en el campo de la energía. No se requiere la aprobación formal de la venta de las autoridades de Francia, pero si se hizo necesario, las reclamaciones no podrían surgir a dichos socios. La BBC ya ha declarado que los fondos podrían asignarse del presupuesto estatal de Francia para la adquisición del 20% de las acciones de Alstom a través de la entrada a la capital de Bouygues, pero el París oficial no confirmó el acuerdo. Y esta inversión es relevante exclusivamente si la compañía estadounidense es la única compradora, y hablaremos sobre los riesgos de la absorción completa de una empresa francesa estratégicamente importante. Es importante tener en cuenta que el Ministro de Economía del país Arno Montebur ya ha expresado su preparación para redimir parte de las acciones de la compañía energética si era posible obtener el precio mínimo. El ministro no especificó el volumen de las acciones compradas. Los expertos enfatizan que retrasar el proceso de ventas puede dañar a todas las partes, porque la compañía necesita un plan de desarrollo estratégico basado en la cifra del futuro propietario. Mientras tanto, Alstom está pensando en reducir los programas de inversión que no afectan los activos de la empresa, pero aumentan seriamente los riesgos a corto plazo y privan la oportunidad de «obtener» el máximo beneficio antes de la venta.